Doble ausencia: reunión y partido

Hola chicos, soy el Vasco. Me ha avisado Chicho del Chelsea-Barça en el Pantxot (Avda. Brasil y M. de Palau), buen motivo para hacer la reunión "de urgencia" que se planea y que el equipo requiere. No podré estar por doble motivo, un trabajo planeado para exactamente la misma hora -20h- y una conferencia, ídem, entre lo que tendré que elegir. De todas formas, pienso que es neceario exponer mi opinión. Tenemos muchas cosas buenas, pero lo que hay que mejorar es lo malo, así pues, es esto lo que apunto a ontinuación. Pienso que requeriríamos:
-más seriedad. No hay derecho a llegar al partido REZANDO PARA TENER UN PORTERO y para LLEGAR A 7 JUGADORES. Aquí me culpo por llegar siempre al límite del tiempo. Suscribo lo que alguien dijo el otro día, pero algo menos contundente: quien no tenga costumbre de avisar de su asistencia/ausencia, sí tiene derecho a jugar algo, no a replicar si no juega lo que él quisiera. Después sucede que, bien estamos 6 o 7 justos o bien 14 porque alguien lleva refuerzos. ¿Causa? No avisar.
-menos mala onda. Si ganamos, todo lo demás suele quedar en minucias, los problemas parecen resolverse solos. Si perdemos, prefiero que sea 10-0 antes que hacer un RIDÍCULO HUMANO. Cada uno sabe muy bien su papel del último sábado. Para más inri, esto tiene tres versiones, que el otro día se dieron al mismo tiempo: con el árbitro (él fue malo, pero sin mostrar desprecio. Nadie dentro del campo debería encararse con él, pues pone a riesgo al equipo de su ausencia); con el rival (y eso que era pacífico); entre nosotros (escuché demasiadas descalificaciones, por sólo hablar de palabras, algunas contra gente que se ofreció a jugar, y no es la primera vez que sucede: las personas tenemos diferentes sensibilidades).
Yo nunca pediré hacer una alineación, ni ser capitán. Lo dejo para quienes les guste y valgan. Ahora bien, cualquiera que se precie como líder de un grupo humano debería tener el temple de calmar sus ánimos, porque más allá de eso, debería saber calmar a sus jugadores y, más aún, evitar que éstos se dirijan al rival en vez de al árbitro.
-recuperar el grupo. Es un descalabro llevar a 4 amigos al mismo partido. Habría que llevar gente cuando haga falta, ya se avisó y a mí el primero. Algo muy diferente es llevar a jugar a un amigo que está de visita un sábado puntual, que a 4 cuando ya estamos 10. Sin embargo, cada persona que venga a jugar con nosotros tiene que tener derecho a jugar un mínimo de 5 minutos, incluso quien no haya avisado de su ausencia. Por mera decencia. Ese poco tiempo ya es bastante castigo. El problema surge cuando no hay minutos para todos y, claro, la preferencia es absoluta de los que vienen habitualmente, y más aún de los que no fallan a un partido.
Respecto al grupo de amigos que Raúl lleva los últimos días, quiero decir algo. Con los que he podido intercambiar más de dos palabras, me son simpáticos. Y eso, por favor, ténganmelo en cuenta. De los demás no puedo hablar. Forman un subgrupo dentro del grupo, y eso no puede ser. Vieron que no me gustaron sus formas: les pedí dos veces dejar de fumar en el vestuario (a veces porros delante de los niños); se comunican poco o nada con el resto del equipo; y algunos juegan a lo suyo (les tuve que meter a escuchar en el grupo cuando explicábamos tácticas en el descanso), con lo que la cohesión que teníamos hace unos meses se pierde aún un poco más.


Así pues, propongo cuatro cosas:
-avanzar cada viernes noche en el blog la lista de quiénes vamos a estar disponibles (si alguien no tiene acceso, que lo comunique a alguien que tenga Internet).
-dar una segunda oportunidad a Carlos (potero chileno) y, si queréis, a Camilo (lo encontré el otro día y sigue con ganas de jugar), siempre prometiendo buena onda por parte del equipo a cambio de un compromiso de continuidad por su parte.
-limitar a un máximo de 10-11 jugadores por partido, siempre dependiendo del número de "fijos" que acudamos para ver si llamamos a refuerzos.
-que sea Claudio Bravo quien dirija las cuestiones tácticas, por varios motivos. Esto es una mera opinión personal, en ningún caso una "campaña política". De hecho, estoy tremendamente agradecido de la confianza que se me da para jugar muchos minutos, pero es una cuestión de equipo y de otros jugadores.

Espero que la reunión sea provechosa, que nadie se haya sentido ofendido y que todo se solucione por la vía más amistosa posible. Y que gane el Barça.

Saludos,
Pablo

PD: el sábado 25 estaré en Vitoria. Siento no asistir al debut del Nuevo RDM.